martes, septiembre 25, 2007

La levedad de la locura sobre ruedas

El fin de semana pasado, mi relación con hechos del interés social sobrepasaron la simple observación. A casi diez años de la propuesta francesa de celebrar un día sin auto, un grupo de tapatíos que nos transportamos en bicicleta o compartimos la postura de crear ciclo vías y posicionar la bici como medio de transporte unimos los pedales para celebrar este día de conciencia mundial.

Con las espaldas cubiertas por un pedazo de peyón que portaba la insignia de un coche menos, decenas de bicicleteros nos congregamos en la Plaza liberación para un paseo a las 5 de la tarde por avenidas principales de la ciudad.

Pero ¿qué tipo de locos pedalean de frente a la caída del sol en un día de calor a inicio de otoño? Niños, padres de familia, mujeres en faldas, chicos en huaraches, policías, diseñadores, fotógrafos, ingenieros y hasta políticos. Si la indiferencia ante dichas situaciones sociales no es de una parte de la sociedad, sino de los ignorantes de dichas propuestas como los que sonreían por el paso libre de su vehiculo en la avenida López Mateos que, sin avisar a los peatones dicha vía no cambiaría el verde del semáforo durante varias horas del fin de semana.


Diseño: Juan. www.gdlenbici.org

Y mientras peatones toreaban los coches de dicha avenida, nosotros los ciclistas festejamos entre gritos, barullos y cornetazos nuestro paso por la glorieta más grande de la ciudad, por avenidas de mayor tránsito motorizado y por la conciencia de más habitantes del Planeta.

Suele congregarse el odio al ciclista cuando este pasa libremente frente a un vehículo que con sus 200 km/h debe pararse porque al ciudadano en pedales “se le ocurrió” toparse en su camino; pero, según mi experiencia de aquel sábado por la tarde los automóviles detenidos frente a las bicicletas observaban atónitos y en silencio a la comunidad de locos sobre dos ruedas, otros pitaban con el ritmo de porra mexicana mientras sonreían desde sus ventanas. Puedo asegurar que pocos, muy pocos ciudadanos choferes de un vehiculo motorizado se molestaron por nuestro paseo sabatino.

Hace rato me topé con nuestro queridísimo compañero el Vaca –quien programó la página www.gdlenbici.org – en el Messenger y comentó que en una rueda de prensa convocada hoy por la tarde se trabajó la propuesta formal” para que el año próximo se decrete por medio de gobierno o de la misma ciudadanía el día sin auto en Guadalajara”.

Los participantes fueron un miembro del Colectivo Ecologista de Jalisco, una de Ciudad urbana y un ciudadano tapatío a nombre de los ciclistas urbanos, todos ellos convocados por Pepe Palacios presidente del proyecto de Guadalajara 2010 quien invitó a medios locales y uno nacional.

-Dedicatorias-
A aquellos tapatíos que se enteraron de la convocatoria de “Un día sin auto” por voces, Internet, telefonazos o periodicazos y que todavía osaron asistir a esta celebración, les comento que si no hubiera existido la confianza por ustedes-nosotros de que aún existe locura en este mundo, no se hubiera llevado a cabo la propuesta. Gracias por confirmar la hipótesis.

A los usuarios de automóviles que se toparon, se enteraron o apenas saben de este día les sugiero que no dejen su transporte por mis palabras sino que tomen una bicicleta y pedaleen a favor de su salud y su emoción. Pueden hacerlo en un parque, en la Vía Recre-activa, en los paseos nocturnos de los miércoles que salen de Avenida México y Chapultepec o el próximo año celebrando el día mundial sin auto; porque esto no se queda aquí…

Y por último a los que no se enteraron de la celebración, tienen bici, les hubiera gustado asistir o indiferentemente caen en la negatividad de pedalear un artefacto como estos, les propongo que visiten todas estas páginas Web:
www.gdlenbici.org
www.ciudadenbicicleta.org
www.bicitekas.org
y cultiven su pensamiento cobijado en una locura similar a la nuestra quienes soñamos con una ciclopista en la ciudad. Propongo que entre todos soñemos con distintas vías, técnicas, formas y fondos un mismo sueño bajo una misma locura: la paz.


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