lunes, mayo 05, 2008

¿Qué pensar desde ahora?

Principalmente ¿cuántos jaliscienses reconocen el Río Santiago como una amenaza ambiental? Parece que habitantes de fronteras lejanas están más interesados en hacer algo por nuestro bienestar que uno mismo, habitante cercano al problema. Al pasar por el aeropuerto, al cruzar la zona industrial de El Salto; al vivir a un lado del río que contiene líquido espeso sin identidad de agua, o al ser el mismo desinformado que perjudica con sus deshechos diarios desde hace 30 años a un paisaje que presumía de belleza natural; somos cercanos al problema.
Antes de caer a la cascada de contaminación. Foto: Karenina

A 30 kilómetros de la capital de Jalisco se encuentra el principal vertedero de diversas sustancias tóxicas que la ciudad y sus alrededores desechan. El río Santiago, uno de los principales afluentes del país con su salida en el puerto de San Blas, contiene metales pesados, heces humanas y animales, deshechos de rastros, así como las sustancias de industrias legales y clandestinas, y millones de aguas negras de familias tapatías.

¿Por qué no se previo esto? ¿Por qué siguen muriendo personas a causa de dicho descuido? ¿Por qué nuestras autoridades no aprenden de instancias internacionales con experiencia en contaminación del agua?

Cientos de habitantes de El salto y algunos de la urbe tapatía están interesados en seguir exigiendo a las autoridades utilizar su poder político y económico en esta peligrosa zona y como ejemplo, hace tres semanas 45 camiones provenientes de El Salto llegaron a Guadalajara con su pliego petitorio. El contingente llegó al Palacio de gobierno a entregar dicha lista que no incluía más que necesidades básicas para un bienestar de vida como salud, agua limpia, tierra fértil; así como la legalidad en los deshechos y el compromiso de la ciudad de Guadalajara para tratar sus aguas.

Manifestación de El Salto. Foto: Karenina

El gobierno ve más prioritario proyectos como las construcciones de Santuarios de los mártires o edificios para los Panamericanos del 2011 que la sobrevivencia de habitantes del estado. ¿Qué sigue si la autoridad por si misma no ve perjudicial entubar un canal contaminado mientras el río sigue siendo devastado por deshechos sin tratar aguas abajo?

La implementación del entubado para el canal El Ahogado.

Foto: Karenina

Para mi, la ciudadanía es la esperanza y es el traidor pero es el único camino aterrizado en las necesidades de las mayorías. Hay que seducir al desinformado que tiene corazón… cuando los suyos están en peligro; hay que motivar el voluntariado… cuando el problema te golpea de frente; hay que privilegiar a los ciudadanos… que aprendieron a serlo.

Pues es el momento. El peligro acecha cada temporada de lluvias, cada nueva construcción que no imaginamos con que agua moldearon dichos ladrillos, al vivir en un nuevo hogar que no reconocemos su sistema de nuestras aguas residuales, ni sus terrenos ni mucho menos lo que antes vivía ahí. Nuestro bienestar sigue tambaleándose en una incierta seguridad.

La ciudadanía es lo único que queda. La población convertida en activistas es el arma mortal de la indiferencia política, del opio y el consumo de las élites, es la precipitación del interés colectivo y medioambiental.

Siguen los vertederos del sur de la ciudad llenando un canal pluvial con 800 litros por segundo de aguas negras; siguen más de 220 empresas en el corredor industrial expulsando plomo, arsénico y más antagonistas de la sobrevivencia natural; continúan construyendo fraccionamientos en zonas de riesgo por contaminación sin información previa al comprador; sigue el silencio en la sociedad por este defecto humano en nuestra propia tierra.

Después de la salida de 800 litros por segundo. Foto: Karenina

Nuestra cotidianeidad puede olvidarse de exigir una solución a este problema, pero nuestro futuro no resolverá lo que desde hace años nos está matando poco a poco.

¿Qué pensar desde ahora?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo entender lo que somos sin acudir a los clichés que simplifican "tú eres solo tú"? ¿Cómo entender que somos lo que hacemos, la manera en que lo hacemos y lo que no hacemos? ¿Cómo devolver su valor a los que nos rodea en la constitución de nuestras personas? ¿Cómo sanar la Tierra que cada día nos da sin cesar? Me avergüenza reconocerme en lo que tus ojos registran...Soy el Salto y soy más, pero llevo eso en mí, somos cómplices...Gracias por recordarlo día a día...

Unknown dijo...

al momento de preocuparme por la falta de interes de los demás me induce la duda sobre si lo que vemos que les afecta a los demás nos hace mas sensibles o nos hace mas ciegos a nuestro entorno propio, creo que este es un buen ejemplo de la ceguera urbana que rije a la sociedad de Guadalajara