sábado, abril 24, 2010

La violencia no es de este país...



Para algunos pudo ser su primera vez o talvez la incontable más, pero lo nuevo en todos los convocados se enfocó en lo que exigían. Estudiantes del ITESO y de la U de G participaron en una marcha por una mejoría en la política de seguridad nacional, el pasado 23 de abril. Y aunque se organizó, invitó e incluyó a mas universidades tapatías, los rostros sólo representaban a estas dos instituciones.

Foto: Karenina Casarín

“La coyuntura es aguda y se necesitan soluciones concretas. La marcha es el banderazo de salida pero lo importante viene después” aseguró uno de los organizadores German Petersen, alumno de Ciencias políticas y gestión pública en el ITESO. La continuidad se analiza con espacios de diálogo abiertos con periodistas, académicos, analistas, consultores, empresarios, amas de casa, obreros y campesinos, como describió Germán, ya el propósito es “repensar juntos el país”.

Y juntos avanzaron los mas de cien ciudadanos. A las 6:27 desde el parque revolución avanzaron manifestantes, periodistas y policías sobre el carril izquierdo de la avenida Vallarta . Las consignas nacieron de sus voces, con mensajes a favor de la educación, recordando a los líderes que buscaban autonomía, invitando a sumarse al contingente y un intento de hacer brincar a los asistentes con la tradicional –el que no salte es federal-.

Busqué opiniones de algunos estudiantes sobre el por qué estaban ahí. Cuestionarse a profundidad, para algunos era algo difícil. La ingenuidad, el gusto por lo que hacen los amigos o tal vez por la primera curiosidad de este tipo de movilizaciones que talvez no conocían; pudieron ser parte de los motivos de su asistencia, lo cual no me supo explicar bien. Sea por la razón que sea, estaban ahí, un viernes por la tarde cuando la mayoría tomaban su primera cerveza del festejo común de fin de semana. Tal vez se dio cuenta de que somos pocos los que gritamos, algunos más los que apoyan y muchos más los indiferentes. O talvez no.

Foto: Karenina Casarín

“No podemos seguir siendo apáticos y críticos, tenemos que quitarnos lo apático con la participación y la critica con la propuesta” invitaba Germán entre las entrevistas que continuamente le solicitábamos algunos comunicadores.

Pero el miedo a veces se apodera de los que miran, de los que se acercan. Sea la experiencia que sea ya creemos que el prójimo será nuestro asesino o nuestro delator. Tomé una foto de un señor de 70 años que nervioso me dijo –sin registro, así. Que se manifiesten, pero no me registre-. Le saqué platica sobre qué opinaba de lo que veía y su apoyo por el hartazgo, pero no dejó de señalarse como anónimo. -¿me puede dar un nombre?-
-No esta bien asi… déjelo- replicó.

Foto: Karenina Casarín

Otros curiosos daban razones del por qué no se sumaban aunque estuvieran de acuerdo: –Es que traigo tacones- o –Estoy muy viejo- o –Si que lo hagan. Que el país cambie... ¡Saluuuud!- o también:
-vamos al party. Ahí nos vamos a manifestar y decir: ¡ni uno más, ni uno más, ni uno más!- gritó Katacha, joven de 20 años que me topé en la calle.
-Por que crees que a los jóvenes no les interesa relacionarse con este tipo de acciones?- le pregunté y sin pensar, muy segura dijo: -Porque el gobierno ya no va a hacer nada. Esta sociedad necesita revolución. Si va haber muertos que sean caídos en guerra para nuestra libertad-.

Llegamos al jardín planeado y frente a Orozco la pinta de siluetas, la foto de grupo y las palabras de motivación para las siguientes acciones; cerraron la marcha. “En la universidad esta el conocimiento y hay que aportarlo. Vamos a necesitarlos a todos para que seamos cada vez más concientes y menos los apáticos” gritó Pablo Montaño, otro alumnos organizador. Por su parte, a nombre de los alumnos de la Universidad de Guadalajara, Omar Alejandro Cárdenas representante de sociología aseguró que están dentro de todas las acciones que se generen sobre la coyuntura. “Pretendemos llevar a la conciencia del estudiante, la exigencia del alto a la violencia”.

Foto: Karenina Casarín

La marcha “No se limita a lo que pasó en Monterrey sino a la estrategia sobre seguridad pública en estos tres años” explicó Germán Petersen, que aunque les duele y lo tacha como “terrible, lamentable y reprobable” la muerte de estos dos estudiantes, no son los únicos caídos de la narcoguerra, ya que arrastra a gente inocente a la muerte desde las propias armas de nuestro gobierno.

Recuerdo que el padre general Adolfo Nicolás Pachón en su visita al ITESO, mencionó que los poco creativos utilizan la violencia como su única herramienta de solución al conflicto. Colgándome de otro hecho en la agenda pública de los últimos días, aseguro que nuestro presidente aparte de ser “ingenuo” y mediocre en su creatividad; está alejado de ser parte del país que gobierna.

Foto: Karenina Casarín

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