Nos sonreíamos entre nosotras. Con piel morena o clara, vestidas tradicionalmente o de manera occidental, gritando incoherencias o exigiendo justicia, vendiendo al paso de la marcha o recorriendo las calles como asistentes; como fuera y donde fuera pero todas nos mirábamos a los ojos. Tal vez porque celebrar el día de la mujer nos hacía sentirnos re-unidas, o quizá porque nos sentíamos como el latir que nació por la muerte de una parte de nosotras hace unos años, cuando mujeres fueron reprimidas en una marcha de obreras textiles al recorrer suburbios de Nueva York o cuando fueron quemadas en una fábrica por exigir sus derechos.
Basta de feminicidios, de las rutinas machistas en nuestros pueblos, de la imposición de acciones alternas a lo que no nos gusta, de no poder decidir sobre nuestro cuerpo según las leyes y no según el corazón que late dentro. Frenemos la intimidación, criminalización, persecución y asesinato de “mujeres lideresas que luchan por la defensa de la madre tierra” como describieron las compañeras de Vía Campesina en su volante repartido en las calles.
La reivindicación femenina se coloreó en mensajes como la lucha contra el sida, la exigencia de no olvidar que hubo genocidio en el país, el respeto de la diversidad de género, de las que viven en la calle, de las que son campesinas, estudiantes, trabajadoras, teatreras, bailarinas, amas de casa, niñas, abuelas, madres…
El ritmo y características de la marcha fue semejante a las que he presenciado. Las pancartas, mantas y telas diseñadas, pintadas o rayadas eran la presentación gráfica que acompañó la voz aumentada por el “altoparlante”… al que yo conozco como altavoz.
Un camión de flete vestido de consignas a favor de la mujer echaba pedos de humo negro a las compañeras. Entre su ayuda por la difusión y su mentada de madre al aire, las mujeres detrás de él no dejaban de gritar. No todo es perfecto pero ¿por qué la indiferencia de que este tipo de contaminación afecte hasta a los que –según esto- apoyamos?
Me sumé caminando en el último pedazo del recorrido para escuchar, observar, preguntar y comprender el tipo de exigencias. Todo sigue igual… y a la vez tan diferente como la misma diversidad femenina.
La marcha comenzó en la torre de tribunales y terminó en el parque central con un altar entre flores, bailes, copal y vendimias. Principalmente se habló de esa estrategia nacional que no es la misma que el pueblo solicita a su gobierno. “Nuestra seguridad no es militarismo ni represión” declararon las mujeres en este día.
“Dicen que ustedes no vienen porque no existen” escuché decir a Ronnie, integrante del movimiento de Pobladores, a las mujeres curiosas que lo rodeaban. Él como otros hombres, se unieron a la marcha porque “debemos apoyar la lucha de las mujeres”. -Es el día… de las damas ¿no?- respondió un peatón sobre ese movimiento urbano del que está a favor porque “logran hacer conciencia continuamente” recalcó.
Ese mismo día en la Universidad de San Carlos Guatemala se realizó un pequeño concierto. Nos asomamos un rato, saludamos a l@s amig@s de Antonio que vendían diseños afines a la celebración del día y unos panes con carne por aquello del hambre. Conocí las instalaciones de la educación pública universitaria y su linda ciclovía de 4 kilómetros con servicio de bicicletas en renta desde el Transmetro.
Llegué pasada la tarde al hogar-laboratorio en Santiago Sacatepéquez. Con café en mano observaba la decena de volantes que me entregaron en la marcha mientras las fotos y los videos se alojaban en la computadora. Entre los papeles encontré “La Cuerda” publicación mensual que cumplió 14 años de que sus letras sobre la condición de las mujeres del territorio lleguen a 83 municipios guatemaltecos. Alojé en mi última sonrisa del día unas hermosas palabras que les comparto:
Llegué pasada la tarde al hogar-laboratorio en Santiago Sacatepéquez. Con café en mano observaba la decena de volantes que me entregaron en la marcha mientras las fotos y los videos se alojaban en la computadora. Entre los papeles encontré “La Cuerda” publicación mensual que cumplió 14 años de que sus letras sobre la condición de las mujeres del territorio lleguen a 83 municipios guatemaltecos. Alojé en mi última sonrisa del día unas hermosas palabras que les comparto:
“Amo mi cuerpo como es, con sus amplias carnes y su color moreno […] Me gusta comer de lo que siembro, saber que no estoy metiéndome químicos al alma. […]amo sin complejos, sin culpas y sin miedos pero con responsabilidad”.
La cuestión universitaria Foto: Karenina Casarín |
• Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo [CLOC] mejor conocida como Vía Campesina
• Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas [UNAMG]
• Organización de Mujeres Tierra Viva
• Colectivo de mujeres Las poderosas, teatro.
• Mujeres cooperativistas de la CONFECOOP
• REDTRANS
• Asociación Miriam. Proyecto para la promoción intelectual de la mujer
• APROFAM
• Red Guatemalteca de Mujeres Positivas [REDNOVI]
• CODEFEM
• Grupo Guatemalteco de Mujeres GGM
• Movimiento Pobladores
• H.I.J.O.S.
• Instituto Universitario de la Mujer de la Universidad
• Partido de izquierda Alianza Nueva Nación - ANN
• Movimiento jóvenes de la calle
1 comentario:
MUJERES DE GUATEMALA , DE MEXICO , DEL MUNDO , AL FINAL TODAS MUJERES, GRACIAS POR SER MUJERES
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