miércoles, diciembre 08, 2010

VII Encuentro del maíz en Ixtlahuacán

La comida llega a la mesa. Tomas los cubiertos y comienzas la ceremonia del alimento. La tortilla, las verduras, la carne; con agua de sabor o una lata de aluminio; con un bolillo de dudosa procedencia o con un pan que informa su origen y contenido. ¿Acaso sabes de dónde provienen o quién ayudó a su elaboración o producción? Y sinceramente ¿te interesa saberlo? ¿Quién trabajó la milpa, qué pasó mientras dormías para que el bolillo, la leche, la fruta este en tu mesa?

Muchos consumidores y productores en el mundo, saben que re-conocer lo que entra a la boca no sólo afecta a la economía, sino principalmente a la salud, el desarrollo social y su cultura porque cualquier alimento proviene del campo, del mar, de allá afuera de la ciudad y el mexicano amenazado por su cotidianidad no prioriza saber que entra por su boca. Realmente ¿Conoces lo que comes?



Más de 80 personas provenientes del campo, de la sierra, ciudades y poblaciones rurales, se reunieron como cada año, en el Encuentro del maíz en Ixtlahuacán de los membrillos organizado por la Red de Alternativas Sustentables Agropecuarias [RASA] los pasados 20 y 21 de noviembre. Esta séptima edición atrajo a campesinos de diversas partes del Estado como Zacoalco de Torres, Chiquilistlán o Juanacatlán, así como indígenas tzotziles de Chiapas o monjes marianos contemplativos. También los urbanos del colectivo Tonalá, los alumnos del ITESO que trabajan su huertito en el campus y los diversos ciudadanos interesados en reconocerse como consumidores responsables asistieron con sus dudas, aportes, semillas y alimento para compartir. Aquí todos buscamos lo mismo –señaló Paye, campesino miembro de la RASA- y es el alimento sano y justo para nuestras familias.

Como parte de los objetivos, se reunieron en grupos para dialogar sobre lo que celebran y no celebran del centenario de la revolución basándose en los cinco temas de interés en el encuentro: semillas, agua, tierra, familia e identidad. Mientras los consejos sobre el trato de la siembra se intercambiaban y las dudas para los alimentos se exponían; los niños también se encontraron con una parte importante de nuestra tierra: la mexicanidad. Con instrumentos sagrados hicieron una ceremonia bailando en círculo bajo la luna. Por la noche, una oración en la voz tzotzil de Diego, indígena de Chiapas y señalando los cuatro puntos cardinales de donde provenían los asistentes fue como se abrió el espacio de la elotiza y el canto nocturno.



Por la mañana del segundo día en el encuentro, los asistentes se reunieron para escuchar cuatro voces que representaron algunos frentes para que la soberanía alimentaria se fortalezca. Ezequiel Macías, campesino de Juanacatlán con casi 20 años de trabajar la agroecología, Norma de Cruz mujer que regresó sus manos al campo hace poco, Paulette González alumna de Ingeniería química en el ITESO quien experimenta trabajar la tierra y el consumo responsable; y Víctor Flores miembro del Circulo de producción desde donde trabaja en la vinculación productor - consumidor. “No vamos solos, sino que podemos llegar a algún tipo de acuerdo” señaló el agrónomo Jaime Morales, miembro de la RASA y académico del ITESO.


Escucha parte del diálogo AQUÍ

Al finalizar la charla, se identificaron los diversos compromisos que todos los asistentes se incluían a cumplir. Algunos de estos fueron “devolver las semillas a quienes son sus guardianas: las mujeres; registrar conocimiento de semillas, encontrar espacios de encuentro entre productores y consumidores, mejorar la capacidad de fertilidad en el suelo o utilizar lotes baldíos para sembrar, cambiar pet por bules o botes no desechables, inculcar valores en la familia del cuidado del medio ambiente, enamorar a los jóvenes con el campo, predicar con el ejemplo y celebrar nuestra identidad, proteger el maíz y usar lo que se hace en nuestro país” expuso el agrónomo Morales.



Escucha los acuerdos del Encuentro. Desde la voz de Jaime Morales.


Mientras la venta de alimentos, productos para el cuerpo, el hogar y artesanía se concentraban en el techo de la escuela de la RASA, Paye caminó junto con mas de 20 asistentes por la parcela.
Por entre sus palabras , nos compartió firmemente su pensamiento.
Esto que hace todos los días por él y su familia, de lo que se trata es de sentimiento y de buscar hacer bien a los suyos haciendo bien a la tierra. No necesitamos dinero si de sobrevivir se refiere porque lo que nos quita el hambre es el alimento no el dinero. Hagamos alimento y dejemos de olvidar al planeta que nos permite vivir encima de él. Todos escuchábamos sus experiencias, sus problemas, retos, logros y emociones, en fin... su vida. Y todos entre la necesidad, el gusto y la congruencia vimos en él una inspiración de lucha. Por la re-evolución del campo.

(Continuará…)



Breves:

• ¿Orgánicos son más caros? En el buscar esta el encontrar ya que como dice Paye “mi producto es barato. Damos precios justos como una lechuga que encuentras a 12 o 18, yo la doy a 10”. Puedes encontrarlo en el Ecotianguis del Ex-convento del Carmen cada 15 días.

• El campesino tiene una vida integral porque hay vida en la tierra, con la gente, con el agua. Hay que sembrarle a la tierra primero sudor y convicción, sembrar confianza.

• Alumnos del ITESO trabajan un pedazo de tierra en el campus. Desde sacar el zacate, recordar las ampollas en las manos, reconocer las semillas y las formas de trabajar. “las manos de la ciudad son bien diferentes. Estamos aprendiendo” señaló Paulette. “Queremos recuperar estos valores que son básicos para vivir una vida más coherente, justa y libre”.


Una probadita de...

Como parte de mi gusto por difundir este trabajo agroecológico iré subiendo videítos de lo que sucedió en la escuela de la RASA... aquí los primeros:





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