miércoles, octubre 20, 2010

El mosaico en pedales...

Cada Paseo de Tod@s convocado el primer jueves del mes en Guadalajara, tiene un color diferente, un mosaico de reacciones, una disparidad de mensajes y contenidos. Entre que unos festejan el pedaleo con un reproductor de música a sus espaldas y una buena bocina para compartir; otros ven a un sujeto irreconocible para su tolerancia, y lo abuchean.

Convocar a un paseo por la ciudad, es convocar a la masa anónima de la cual esta compuesta la población y por ende, sus valores olvidados o sus reacciones liberadoras se escapan con el instinto humano de existir.

Foto: Gdlenbici.org

Desde mi hogar pedaleo unas cuantas cuadras para llegar al Parque Revolución. A seis manzanas comienzo a ver autos con racks llenos de bicicletas y grupos de ciclistas entre las sombras y el tintineo rojizo de su luz trasera. Son las 8:45 de la noche. Mas de 600 ciclistas congregados en el parque, esperan alguna señal para avanzar. Entre los compañeros que guían el paseo y los que al final protegen el contingente hizo falta, esta vez, el altavoz. Un sonido que informa, arroja datos y motiva a más acciones. Su ausencia por falla técnica no afecta a lograr el paseo pero si contribuye a la expectación de quienes se encuentran con el contingente. Como en otros paseos se pretende recordar que, aparte de festejar que las calles son de más de mil personas sin provoca una saturación en contaminantes, estrés y pérdidas de tiempo como generan mas de mil automóviles; es una fiesta en movimiento. Pero ser tantos en tan poco espacio no convence a todos los que se encuentran sorpresivamente con el paseo.

Foto: Gdlenbici.org

Como parte de mi gusto ocioso de compartir en vida lo que me hace feliz, me sumo al proyecto de Mantis y Libélulas en el paseo. Esta estrategia –que en otros lados le llaman corking o corchear- no sólo se trata de parar el flujo automovilístico para no dividir el grupo de ciclistas, sino que pretendemos informarles por qué nos reunimos y cómo puede sumarse. El objetivo no es parar su flujo contaminante y acaparador de vías, sino polinizar su perspectiva para florecerle la motivación de sumarse a la exigencia. No somos un paseo lúdico solamente, sino queremos aumentar las voces que exijan -con su valor en masa ciclista y su pedaleo como transporte urbano- más espacios seguros y mas respeto en al sociedad cuando nos movemos por la ciudad.
-la ciudad también es para la bici- gritamos emocionados, cuando los cuatro carriles de avenida Hidalgo o los tres de Federalismo o la ruta de 12 kilómetros se llena de tapatíos en dos ruedas sin motor. Aunque para muchos asistentes es un pretexto para chelear en las calles, o para gritar las ansiedades de un día esquizofrénico en la ciudad, o para vociferar por lo que no nos convence de la realidad; otros cantamos y bailamos con la música en el aire, o invitamos a personas a sumarse no sólo al pedaleo colectivo, sino a la exigencia por mejores espacios para la bici, o platicamos con peatones atónitos por tantos minutos de manada ciclista.

Sea por la razón que sea, asistimos al paseo mas de mil 500 personas. A veces se juntan dos mil y una sola vez fuimos mas de cuatro mil. Ser masa ciclista ya es una herramienta para transformar la ciudad, si observas al niño de 12 años que logró pedalear junto con los “adultos” su alrededor; o cuando ves una familia reunida en sus bicis y en sus disfraces de superhéroes, o también cuando aquellos que hacían el peor desmadre del paseo ahora son parte de la organización.

Foto: Gdlenbici.org

Cada paseo tiene su reto, su dificultad. A veces puede ser un belga histérico que no le importará arroyar a cualquiera o puede ser una señora silenciosa detrás de su vidrio para no escuchar siquiera las palabras de una loca ciclista frente a ella… el caso es que seguiremos polinizando, seguiremos pedaleando, cantando y trans-formando. Porque la vida pide felicidad, y este ocio, es parte de mi jubilosa experimentación.