domingo, julio 20, 2008

¿qué hacer en 8 metros cuadrados?

Sábado 2:30 pm. El tráfico por las calles y banquetas del centro era superior a la tranquilidad de un buen domingo. Pedaleando mi bicicleta Rosalba salí hasta el punto de reunión con los demás convocados para respondernos ¿Qué se puede hacer en 8 metros cuadrados? un mismo espacio que ocupa un automóvil estacionado en las caóticas calles de Guadalajara.

Con un área para cinco automóviles, treinta personas pudimos jugar cartas, leer un libro, hacer ritmos con utensilios metálicos, de madera o instrumentos pequeños; también pudimos aprender malabares, dibujar una ciudad ideal, comer un rico lonche de panela y platicar con personas curiosas que pasaban a un lado.

Esta movilización ciudadana pretende reconocer que los espacios públicos han sido secuestrados en su mayoría por vehículos de motor que en su mayoría se utiliza menos del 50% de capacidad de carga o son abandonados por horas al lado de una acera tan reducida que dos sillas de ruedas no podrían pasar al mismo tiempo.

¿De quien es la ciudad, del auto o del humano?

Como cada día que pedaleo mi bici, que tomo el transporte público o que camino por las calles llenas de contaminación y caos, reflexiono ante este gran dilema que me provoca toser diariamente.

Por esta ocasión 32 metros cuadrados fueron para los peatones, para los beneficios de una buena lectura, para el agrado de niños que pasaban por ahí y soltaron su imaginación con plumones de colores.

Ahora, ¿qué podremos hacer en cada calle donde ya no caben más autos pero podrían caber muchos más espacios públicos de recreación?

6:45 pm. En el cielo, gordas nubes grises descargaron sus aguas y el viento sintonizó su fluir con la tan violenta caída. Debajo de una sombrilla visualicé el viento entre los edificios y autos mientras el agua de arriba se acumulaba debajo de mis pies hasta superar la altura de estos y mis tobillos. Al fin de la lluvia que cayó de lado pedalee hasta mi casa llegando más rápido que un auto e igual de mojada que Rosalba. Mi sonrisa no paró aún después del baño caliente y encontrar mis ventanas abiertas.

Ciudad para todos y GDL en bici convocarán a otras movilizaciones de 8M2 conocidos en otros lugares del mundo como Parking Day… sólo ingresa a sus páginas y entérate qué puedes hacer por tu ciudad.

sábado, julio 05, 2008

San Andrés Cohamiata, comunidad wixárika; de fiesta

Subí más allá de la sierra y aterricé en una tierra mágica, llena de conocimientos ancestrales, abandonado por el “apoyo” social de la urbe y amenazado por el comercio global.

Foto: Karenina
"Aterrizando"

San Andrés Cohamiata, comunidad de no más de 300 familias se encuentra en la belleza de la sierra Madre Occidental, entre aves con cantos irreconocibles en la ciudad y animales de tierra, con sabiduría que por cientos de años los han transmitido a esta raza indígena.

Foto: Karenina
San Andrés desde arriba

Aun siendo tiempo de lluvia con la tierra lista para sembrar, el agua no resuena en la arcilla y los rayos en el cielo pasan de largo sin regalar al agua que la tierra necesita. Probablemente el agua que se atasca e inunda las ciudades ha sido atrapada por el CO2 de esta congestión, que no existe en este hermoso horizonte de cientos de montañas de colores terrenales. Frente al mirador del lado oeste de la aldea, observé la venida de una pequeña nube que descargó abruptamente agua en grandes cantidades. Pero su duración, de no mas de 10 minutos causó que la arcilla seca y ávida de agua chupara toda la humedad hasta no recordad que el líquido había tocado su seco color rojizo.

Foto: Karenina
"Algodón de la sierra"

Mi primera visita a la sierra huichola fue con el objetivo de cubrir la graduación de la tercera generación del bachillerato Tatei Yurienaka Irarieya. Con 11 jóvenes entre ellos sólo una mujer, se organizó todo el festejo y sus objetos necesarios. La entrada adornada con pino y raíces de pequeños helechos, maderas talladas para ensamblar ojos de dios como obsequio, danzas, mural de generación y poesías a su “querida escuela” fueron parte del evento. Iniciado por los miembros del consejo de ancianos que dieron la bendición para el futuro de los graduados, con la energía y conocimiento de uno de los árboles más viejos del lugar, la celebración duró toda la mañana y parte de la tarde.

Foto: Karenina
"Ceremonia con consejo de ancianos"

Entre los visitantes se encontraban familiares, amigos, sobrinos, hijos y parejas de los graduados que entre 19 y 23 años comenzaban una nueva vida fuera del bachillerato intercultural.

¿Y qué quieres hacer ahora que terminaste tu prepa?

Algunos de ellos pretenden seguir estudiando licenciaturas en educación o en ciencias tecnológicas en diversas Universidades del país. Pocos seguirán en sus comunidades con el mismo trabajo que sus padres y abuelos: el campo.

El proyecto intercultural de la Tatei –traducido como corazón de la tierra- surgió para fortalecer la identidad cultura local y descubrir la riqueza de otros conocimientos que brinda la educación formal, para obtener herramientas que incentiven resolver ciertas necesidades de la comunidad.

Antes y después de la graduación, la relación con la gente de la comunidad fue extrañamente cercana y alejada. Un ritmo sincopado entre un saludo y una sonrisa tímida por mi parte o por la parte de ellos. Sin distinción alguna más que el lugar de procedencia, el comprender la misma flor del cual nacimos es como comenzó la humilde necesidad de reconocer que todos tenemos algo que aprender y algo que brindar.

Foto: Karenina
"La familia wixarika de Alondra y Sandra"

Cada mañana, la niebla acariciaba lentamente las montañas y desaparecía frente al sol con su cálido despertar. Por las noches, grillos y luciérnagas amenizaban el misterio del cielo estrellado, del infinito silencio y su motivación a suspirar frente al aire frío y húmedo provocado por los robles y pinos.

La última noche entre tejuino y baile duranguense del grupo Los Robles, moví las caderas con hombres que pagaban 10 pesos por utilizar conmigo la pista durante tres canciones. Interesante que el machismo aun pululando en las mentes de los huicholes de San Andrés beneficie a las mujeres que no tendrán que pagar por una pieza de baile con su pareja.

Foto: Karenina
"Los graduados con sus asesoras"

Entre varias de las razones por las cuales quería ir a conocer en estas fechas la comunidad estaba la presencia de Alondra y Sandra, dos chicas de la Universidad donde me gradué que fueron a apoyar con su profesión y aprender con su pasión sobre la educación intercultural de la prepa. Entre lágrimas, emociones y dolores de panza, estas dos chicas están de regreso en su ciudad natal con la sensación de no estar del todo aquí y visualizando su próxima subida en avioneta a San Andrés en agosto para la evaluación final de su trabajo que duró 5 meses. También en noviembre donde me sumare al viaje, celebraremos la fiesta del pueblo, de nuevo entre baile, tejuino y risas de caras nuevas; la mía para ellos y la de ellos para mí.

Pamparios San Andrés!

Foto: Sandra
"Eliseo y Karenina"