Eran las 5 de la tarde del sábado. El sol veraniego se cargaba en los hombros de los ciclistas, en el dolor de cabeza en automovilistas y en gotas de sudor de los peatones. La marcha por la diversidad sexual cruzó por Avenida Vallarta. Con colores y cantos de libertad los topé entre Robles Gil y Vallarta. “A quien le importa lo que yo haga” cantaban desde un carro alegórico alrededor de 20 cuerpos afeminados. ¡Eso es libertad! Les grité, mientras pedaleaba más aprisa.
Tenía ganas de quedarme a ver, pero tenía una misión: comprar pintura blanca y encontrarme con mis compañeros en la Plaza de la República. Sobre Avenida México se encuentra este gran camellón. Bajo los frondosos árboles ya más de cincuenta ciclistas se acercaban a Yeriel, miembro de GDLenBici y Bici10.
Después de un cordial saludo, explicó el contexto de la acción. La decisión de la Secretaría de Vialidad de no identificar el paso ciclista por Chapultepec, en un carril compartido con autobuses; aun no era definitiva. “Ayer hablamos con ellos [vialidad] y comentaron que si el Ayuntamiento hace la reglamentación, el carril si existirá”.
Eran las 5:20. Alrededor de diez reporteros platicaron con los “organizadores”, o al menos con los que ellos creían que lo eran. Tomaron fotos, saludaron. Vi caras nuevas entre los ciclistas. Alguno convocados por amigos, otros por páginas Web, unos más por los paseos nocturnos.
Los habitantes en dos ruedas, comenzamos la pinta.
Justo Sierra fue el primer crucero para pintar. El chico de la escoba, la de la pintura, el de la cinta amarilla, el de la cámara, la de la brocha, el que para el tráfico, la que lo dirige. Uno que otro mirón encimo de la baika o sentado en una banca. La esquina se llenó de peatones curiosos. Algunos ciclistas observaban, no decían nada.
Cruce con Avenida Vallarta. Parar el tráfico, desviarlo, saludar al compadre en el coche contiguo. Don Mai, como le conocen, es un mecánico de autos. Su gusto por la pedaleada la expresa en tres paseos nocturnos a la semana, uno dominical y asistiendo a este tipo de intervenciones. Al salir de su chamba con todo y ropa de trabajo, se une al movimiento ciclista. A su movimiento.
No mucha pintura, porque no se seca; se escuchó detrás de mí. “no importa, hace mucho calor” dijeron a un lado. “Mejor poca para que quede lindo” comentó una pintora sobre el stencil.
El paseo ciclista paró en Mexicaltzingo de nuevo. Barridita, stencilillo, pinturilla. Algunos atrás cuchicheaban. Asomaban sus cabezas a la acción frente a ellos, pero no soltaban sus bicis. En un auto, dos chicas platicaban y volteaban a vernos. Me acerco sonriente. “Estamos pintando unas bicis para que sepan que será carril compartido. Ya saquen sus bicis he” las dos ríen y afirman que precisamente hablaban de eso. “nos gusta mucho pero aun nos da temor por los autos” señalaron. La charla duró lo que la pintada y el semáforo. Después de invitarlas a exigir más espacios de bicis, regrese a mi transporte y continuamos la ruta. Vuelta en U y pintamos en las mismas calles. Ahora en sentido este-oeste.
En la recta por Chapu, mas ciclistas tomaron la brocha y dejaron su huella. “¿Quién no ha pintado? ¿A quién le hace falta plasmar su participación en este stencil?” grité de un lado a otro del convoy. Dudosos y animados me observaban y a ellos más les expresaba. Al final del camino, todos pintaron con blanco su necesidad de vías ciclistas.
“Esto es una pintada simbólica. La chamba de Validad es señalar cada calle y nosotros sólo manifestamos que estamos aquí. Y que seguiremos” aseguró Yeriel.
1 comentario:
Ya es hora de que en Guadalajara nos demos cuenta de que la bicicleta es una alternativa altamente eficiente para combatir el tráfico vehicular y fomentar una nueva cultura de trabajo, salud y bienestar público. Felicidades a todos quienes participaron de este banquete ciudadano. Que siga adelante!!!
Saben si se respeta la ciclovía de Federalismo? ya que tiene otro diseño, más improvisado, que sube a la banqueta y luego baja y así...
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