Mi primera participación en "Esto no es radio" conducido por Fernando Micro Hernández.
El tema: mi experimentación sobre los espacios preferentes en el Tren Ligero.
A la semana de su implementación, recuerdo el revoloteo de miradas entre los que aun no creían que fuera un vagón sólo para mujeres, y los que atónitos mostraban un rostro de incomprensión. Algunos hombres nerviosos o incomodos, al cabo de unos minutos decidían moverse de espacio. La preferencia a mujeres en aquel vagón se señaló por calcamonias en el suelo, señalética, folletos y un par de gritones que se asomaban al tren. –este vagón es sólo para mujeres, ¿he?-
En horas pico del horario matutino de viaje, subirte al no-espacio preferencial; significaba cargar la incomodidad de aquellas miradas en el tumulto de hombres que te rodean. ¿división de género por no saberse relacionar? Para mi es absurdo.
Al mes de la medida, tenía que ser parte de la reacción de la masa femenina por bienestar propio. Si no entraba por el espacio rosado, seguro tenía a mi alrededor el apretón de una mayoría masculina con mentes tan diversas y talvez escalofriantes.
Acepto, que en esos días al abordar en el espacio rosado, disfrutaba de diversos beneficios. La cantidad de usuarias constantemente eran menos que los hombres que entraban por otras puertas. Entre mujeres se facilitaba más la charla, el cúmulo de espejos y pinturas, la observacióne entre ellas y la tranquila lectura sin que alguien arriba de ti te estuviera observando el escote. Entre hombres se percibía silencio, miradas ajerosas o lecturas de publicidad. Alguno con su cara fruncida observaban hacia el vagón de las mujeres pero no decían nada. ¿qué les genera ser excluídos de espacios preferentes, por ser parte d eun sector que ve el piropo como gracioso?
Más que dividir el genero en el tren ligero, necesitamos romper la relación del piropo y el manoseo; de nuestra cultura. No necesitamos limitaciones, preferencias de unas sobre otros; sino requerimos que la publicidad, la shistorias mediáticas, las reacciones instintivas de dominación, se rindan ante esta necesidad social de la igualdad. Somos lo mismo y queremos lo mismo: ser humanos con dignidad.
Las mujeres no somos objeto, ni somos frágiles, pero no resistimos el maltrato, el abuso o el acoso, que sufrimos mas del 80% de las mujeres en Jalisco según una encuesta del Instituto Jalisciense de las Mujeres.
Carmen lucía peres camarena presidenta de dicho Instituto señaló en marzo al inicio de la implementación que “será una medida temporal que abonará en el cambio de la manera como nos relacionamos”. Pero a más de dos meses de su implementación, al llegar al tren ligero o salir de él, continua el acoso de hombres necesitados de expresar su gusto por el sexo femenino. ¿qué ha cambiado? ¿cómo la mujer se siente respetada o en una mejor convivencia con el genero masculino?
El volante que entregaban al inicio de la medida señala que “debemos generar un nuevo ambiente de convivencia basado en el respeto a las mujeres” pero aun veo publicidad, programas de televisión, y formas de vida que siguen viendo a la mujer como un objeto. También describe que entre otras medidas que “realizan” son combatir la violencia sexual en transporte público y fortalecer servicios de seguridad pública que garantice protección, tranquilidad y confianza a las mujeres. Dejo abierta la pregunta ¿mujeres, han visto algún cambio en su forma de sobre-vivir en el transporte público?
Las diferencias que veo actualmente como usuaria son: pintura rosita del piso ya sucia y deslavada, mujeres enojadas al ver más de 10 hombres en su espacio preferente, hombres viendo bubis y uno que otro trasero en espacio exclusivo para mujeres y por supuesto… el silencio continuo de Vialidad y el inst jalisiense de las mujeres ante sus promesas de más acciones.
Como mujer la tarea para una profunda transformación se encuentra en mi iniciativa. ¿qué tanto confronto a quien me molesta acosandome? ¿qué tanto sirve confrontarlo para cuestionar dicha costumbre y no para agredir al desahogar mi molestia? ¿qué tanto me doy a valorar con mis amigos, mi familia, mi diario vivir?
Hombre: quien te dijo que el acoso es gracioso, se equivocó…
Mujer: quien te dijo que tu espacio preferente será la solución para el constante acoso, se equivocó
Sociedad: si quieres un cambio de hábito, todo comienza por ti ¿que tanto te das a respetar y respetas a los demás? No necesitamos preferecias, sino inclusiones.
Escrito POR TODAS AQUELLAS que han sufrido el acoso en las calles...
En horas pico del horario matutino de viaje, subirte al no-espacio preferencial; significaba cargar la incomodidad de aquellas miradas en el tumulto de hombres que te rodean. ¿división de género por no saberse relacionar? Para mi es absurdo.
Al mes de la medida, tenía que ser parte de la reacción de la masa femenina por bienestar propio. Si no entraba por el espacio rosado, seguro tenía a mi alrededor el apretón de una mayoría masculina con mentes tan diversas y talvez escalofriantes.
Acepto, que en esos días al abordar en el espacio rosado, disfrutaba de diversos beneficios. La cantidad de usuarias constantemente eran menos que los hombres que entraban por otras puertas. Entre mujeres se facilitaba más la charla, el cúmulo de espejos y pinturas, la observacióne entre ellas y la tranquila lectura sin que alguien arriba de ti te estuviera observando el escote. Entre hombres se percibía silencio, miradas ajerosas o lecturas de publicidad. Alguno con su cara fruncida observaban hacia el vagón de las mujeres pero no decían nada. ¿qué les genera ser excluídos de espacios preferentes, por ser parte d eun sector que ve el piropo como gracioso?
Más que dividir el genero en el tren ligero, necesitamos romper la relación del piropo y el manoseo; de nuestra cultura. No necesitamos limitaciones, preferencias de unas sobre otros; sino requerimos que la publicidad, la shistorias mediáticas, las reacciones instintivas de dominación, se rindan ante esta necesidad social de la igualdad. Somos lo mismo y queremos lo mismo: ser humanos con dignidad.
Las mujeres no somos objeto, ni somos frágiles, pero no resistimos el maltrato, el abuso o el acoso, que sufrimos mas del 80% de las mujeres en Jalisco según una encuesta del Instituto Jalisciense de las Mujeres.
Carmen lucía peres camarena presidenta de dicho Instituto señaló en marzo al inicio de la implementación que “será una medida temporal que abonará en el cambio de la manera como nos relacionamos”. Pero a más de dos meses de su implementación, al llegar al tren ligero o salir de él, continua el acoso de hombres necesitados de expresar su gusto por el sexo femenino. ¿qué ha cambiado? ¿cómo la mujer se siente respetada o en una mejor convivencia con el genero masculino?
El volante que entregaban al inicio de la medida señala que “debemos generar un nuevo ambiente de convivencia basado en el respeto a las mujeres” pero aun veo publicidad, programas de televisión, y formas de vida que siguen viendo a la mujer como un objeto. También describe que entre otras medidas que “realizan” son combatir la violencia sexual en transporte público y fortalecer servicios de seguridad pública que garantice protección, tranquilidad y confianza a las mujeres. Dejo abierta la pregunta ¿mujeres, han visto algún cambio en su forma de sobre-vivir en el transporte público?
Las diferencias que veo actualmente como usuaria son: pintura rosita del piso ya sucia y deslavada, mujeres enojadas al ver más de 10 hombres en su espacio preferente, hombres viendo bubis y uno que otro trasero en espacio exclusivo para mujeres y por supuesto… el silencio continuo de Vialidad y el inst jalisiense de las mujeres ante sus promesas de más acciones.
Como mujer la tarea para una profunda transformación se encuentra en mi iniciativa. ¿qué tanto confronto a quien me molesta acosandome? ¿qué tanto sirve confrontarlo para cuestionar dicha costumbre y no para agredir al desahogar mi molestia? ¿qué tanto me doy a valorar con mis amigos, mi familia, mi diario vivir?
Hombre: quien te dijo que el acoso es gracioso, se equivocó…
Mujer: quien te dijo que tu espacio preferente será la solución para el constante acoso, se equivocó
Sociedad: si quieres un cambio de hábito, todo comienza por ti ¿que tanto te das a respetar y respetas a los demás? No necesitamos preferecias, sino inclusiones.
Escrito POR TODAS AQUELLAS que han sufrido el acoso en las calles...
2 comentarios:
Tienes razón, depende del cambio que hagamos en cada uno como puede transformarse esa perspectiva social de la mujer que necesita un trato especial. Creo que es diferente el caso que sucede en el DF, donde los espacios preferenciales hacen diferencia particularmente por la masividad que el sistema requiere movilizar. Definitivamente creo que nosotros como sociedad debemos aprender a respetarnos en los distintos puntos de encuentro públicos, además...robar un palmo de piel en un momento, u osar lanzar una mirada acosadora no se compara ni por error con el placer que genera la voluntad de una mujer de brindarse a ese intercambio.g
Definitivamente de acuerdo con el planteamiento que haces. No basta con poner un cordón o un muro como lo hacen en la frontera con EU para cambiar una situación que depende de aspectos culturales y de convivencia básica. Muchas veces medidas como esta pueden impactar en el algunos aspectos de las conductas sociales, pero dicho impacto no siempre es predecible.. y al final para el caso que hablamos termina siendo una medida que en lugar de incluir y hacer conciencia se presenta como unica solucion, la exclusión, el no poder compartir los espacios entre géneros por no saber cómo estar en el mismo sitio. Solo como sociedad podemos ir cambiando esquemas de convivencia si evidenciamos y tomamos acciones al respecto. El país ha avanzado poco pero algo en su proceso de democratización, situación que no sucedería si la apatia social prevaleciera siempre. No es asi, efectivamente pueden hacerse cambios, pero implican justamente la suma de muchas voluntades, voluntades individuales que converjan y se conformen como voluntad social... hace a penas poco más poco menos de 60 años que las mujeres alcanzan su condición de ciudadanas, iguales y libres. En la historia de la humanidad esto es una condición que no sucedía hace mucho mucho tiempo, y no podemos esperar que las cosas cambien de súbito.. pero si podemos ir construyendo y sumando ladrillos en el muro de la igualdad, en el muro del respeto y la convivencia social.
Al final nunca se compara el robar un palmo de piel en un momento, o lanzar una mirada hostigante para guardar una imagen considerada sensual, con el placer que genera el contar con la voluntad de una mujer de entablar dichos intercambios.... eso si que vale hasta para dar la vida.
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