jueves, abril 06, 2006

Las noches en capital

Cada noche al llegar a la pensión donde me alojo, prendo la computadora para escuchar música, mientras Areli calienta el agua para el mate y conectando la inspiración con el teclado, me dispongo a escribir. Saludamos a españoles, uruguayos del interior, franceses y coreanos que pasan frente a nuestra ventana. Areli teje con estambre y yo escribo con mi recuerdo…

Asimilar los miles de kilómetros de distancia que me encuentro de mi país, la emoción de cada día conocer un lugar, una percepción o un acontecimiento; se discurre en mi memoria; platicar con algún uruguayo que ha encontrado extraño mi acento afirmando con exaltación -¡ha… mexicana!- es cotidiano y disímil. Todo este viaje en mi cabeza entre sensación, recuerdo y emoción fluye como una onda…

___________Arriba
_______________abajo…

_____________Arriba
_________________abajo…

Un día en el viaje por el norte, vi un gaucho al lado de la carretera organizando a su ganado para guiarlo a Paysandú, a 23 días a caballo de donde se encontraba. Escuché su voz entre comentarios cortos y exactos al momento de charlar con nosotros o mejor dicho, oía sólo respuestas concretas sin entablar conversación.

Su carácter forma parte del ritmo silencioso que el aire mueve en la pradera, donde el mismo gaucho cabalga y mira la luna cada noche fuera de su Estancia, viviendo la naturaleza y el trabajo; la libertad y la lealtad… con una hospitalidad silenciosa y una justicia hecha por su propia mano. Conjunto natural: gaucho-ganado-pradera. Luchando por su continuidad durante el tiempo de vida que cada uno abdique por el otro.

Ese día Jorge –estudiante uruguayo de veterinaria y un viajero como yo- me mostró los tipos de ganado que existían ahí -Hereford y Averdinangus- afirmó -A los terneros los capan para hacerlos novillo. A las vacas las engordan para el frigorífico o las dejan en el campo para volverlas a inseminar-

¡Esto es un conocimiento común en cualquier parte del campo! pero… gente de ciudad vive ciega a los conocimientos que no visualiza el día que se necesitarán saber. Solo come carne y conoce a la vaca como parte de su pirámide alimenticia.

Mi mente volvió al vuelo… afirmando lo positivo de viajar… y preguntándome al mismo tiempo ¿Qué será de mi familia y amigos en México? ¿Alguien de ellos conocerá sobre esto? Nace la sensación nostálgica del recuerdo… Gerardo…

Un camino de vida…
Una onda…

______________Arriba
___________________abajo…

_______________Arriba

_____________________abajo…

Después regresé a la realidad. Teníamos que pedir “aventón” a la ciudad de Salto y mi corazón en ese momento cargaba con el conocimiento, la visión y el recuerdo junto con mi mochila…

¡Que maravilloso es viajar!

Qué maravilloso recordar el viaje frente a esta noche con mi compañera mexicana que termina su bolsita de estambre en esta ciudad capital, en este tranquilo país que cada vez se liga más a mi sensación de hogar como posiblemente, tantos lugares que me hace falta conocer y aprender sobre ellos.

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