martes, junio 13, 2006

Contexto perdido del viaje...

El mayor tiempo del mes de mayo he avanzado los días por la ciudad. El frío de otoño se presenta cada mañana -entre 3 y 5 grados en el ambiente con un 100% de humedad- como expone un señor con bigotito gracioso en el informativo matutino de Monte Carlo.
Exámenes parciales y trabajos escolares han limitado mi oportunidad de viajar y conocer el interior del país… no me quejo puesto que recuerdo mi objetivo al escoger el Uruguay para mi Intercambio: el estudio.
Desafortunadamente el nivel de exposición que los docentes manejan en clase es aburrido, tedioso y con temas de muy poco interés para la profesión que quiero ejercer: periodismo de investigación. El esfuerzo por no bajar mi promedio general universitario tiene que luchar ante tal aburrida forma de enseñanza.

Uruguay: país extenso para sus aproximadamente 3 millones de habitantes por todo el país ya que con casi la misma cifra, existen uruguayos viviendo en interiores de Europa o países primer mundistas del norte de América. Al sur de Brasil al oeste de Argentina y a un ladito del Atlántico la República Oriente del Uruguay ha fundido su magia en mi memoria, después de 4 meses en sus tierras y de la convivencia con sus habitantes que valoro como mis hermanos.

Conocer una frontera lejana no se define con solo pisar y mirar sus características. Aclarecer su esencia comprende su espíritu fluyendo en el andar y esto se obtiene como un obsequio que se respira en dos vibraciones: la histórica porque en el pasado se encuentran algunos efecto-acusa de lo que se ve en el ahora y la natural porque su flora y fauna manifiesta la parte del Planeta “vivo” que rige esa zona. Dentro de estas dos existe el ser humano siendo un personaje importante en el desarrollo histórico y el mayor antagonista para que sobreviva la natural.

Cada día conozco más estas dos vibraciones imponentes a mi alrededor…

Hermanos uruguayos: descendientes de héroes y castigadores. Ya sean charrúas o europeos reproducen fervor al recordar sus triunfos pasados… viven y luchan para conseguir bienestar en democracia, igualdad en derechos o justicia por la impunidad militar.

He observado que el “ser” uruguayo mantiene la búsqueda de sus sueños al ritmo del viento que sopla desde el río del Plata y del Mar Atlántico.

La vida es cara para los sueldos tan bajos y las noches frías de invierno…

¡Pero el tango es uruguayo!... los gauchos viven del silencio al viento y un ritual del mate circunda una unión con el hombro siguiente que chupará la bombilla y aguardará su turno que el cebador asignó como todos los integrantes de la ronda. Un mate… un circulo… un enlace representativo de la paz y tranquilidad uruguaya.

Miles de pensamientos e ideas vuelan al querer escribir de Uruguay. Experiencias, relaciones de amistad, encuentros o cantos pueden describir mi andar pero quedo limitada con las palabras… me extiendo un poquito más con la imagen… para gitar:

¡Hay Uruguay!… bien que te llevo en el corazón…

Entrando en contexto temporal, hace dos días la humedad y el calor se pegaban en las paredes y el viento soplaba sin la sensación cotidiana del otoño. Por la noche, el cielo reaccionó ante tal efecto climático: una lluvia eléctrica abrazó Montevideo.

Según el sincronario de las 13 lunas y el tzolkin el día siguiente vibraba con la energía del viento rítmico… caminando por la rambla las olas bailaban al compás del fuerte viento que arribaba a tierra. El río-mar golpeaba las rocas de la muralla de donde la rambla se apoya y en ciertas ocasiones el agua sobrepasaba el concreto para caer en suelo uruguayo o en algún transeúnte. -Pero ¿qué hacías en la rambla chiquilina? Si el viento es bárbaro…Después de una tormenta, el viento agoniza al mar- comentó sorprendida Alba la encargada de mi pensión.


Me recordé en ese lugar subiéndome al punto mas alto de la rambla donde se encontraba antes la Iglesia Inglesa por los 1800… mi cabello bailaba de un lado a otro a veces entorpeciendo mi vista al mar. Mis brazos extendidos planeaban mientras el viento me empujaba a cualquier lado. Podía hacer al mar-río… pero me sujetaba de una piedra donde rompían las olas por debajo de ella causando que algún broté de agua subiera hasta donde estaba yo… pero no me mojaba puesto que el viento cambiaba la dirección de la brisa hacia partes mas bajas de la rambla… era hermoso…ese viento rítmico… al compás de mi sonrisa…

Hoy el día es más común… una nubosidad con frío de otoño crece a lo largo del día… Sólo me queda ir a casa y seguir escribiendo, estudiando y preparando el siguiente parcial escolar: responsabilidad sin chiste…

La meta próxima: purificación de mente y espiritu con el Temazcal en Ur-Gaia el próximo sábado…

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