Hace menos de un mes, una serie de “locos” cruzaron por nuestra ciudad bajo un mismo interés: cambiar percepciones.
La curiosidad, el arte y la ilusión son alientos de naturaleza humana. Cuando nos encontramos frente a un individuo capaz de accionar sueños que la mayoría de nosotros mantenemos en la imaginación –o atamos en disimulo- nuestra curiosidad se activa, y queremos saber cada vez más de aquella persona que calificamos como “loco”. Son un punto distante, cercano y representante de todo lo que queremos llegar a sentir: libertad.
Damián, químico argentino que va camino al fin del mundo por le Continente Americano, regaló a un grupo de tapatíos su experiencia cargada de un millón de inspiraciones. Su equipo de viaje cabe en cinco maletas que carga en la bici con un total aproximado de 100 kilos. Reconocer posible un viaje así, era para mi imposible hasta la presencia de Damián en Guadalajara. Casualmente su visita cruzó con el festival por la movilidad de Ciudad para Todos que lo celebramos en el parque Metropolitano. Las 5 maletas de su viaje, se extendieron en un espacio de 2 x 2 para mostrarse ante los curiosos. Casa de campaña, mapas, ropa, botiquín y hasta la olla del agua para el mate.
Su pasión por recorrer el mundo mantuvo sus brazos abiertos a la experiencia. Mientras más regalaba su locura con quien cruzara, más tejía buenos recuerdos en su sonrisa. A su salida de la ciudad rumbo al sureste del país, Damián se despidió de nosotros mientras montábamos unas pancartas en los puentes peatonales de López Mateos. Sonrisas, buenos deseos, consejos. Es un gusto conocer tu locura.
-¿Pero qué hacen?- cuestionó un señor al ver una lona amarilla de 6 metros que decía: viaducto + puente ≠ movilidad. ¿Hasta cuándo van a escuchar a la ciudadanía?
–No estamos en contra del puente- le comenté al señor –estamos a favor de una movilidad incluyente y el sumarle al peatón 80 metros para cruzar un tramo de cuarenta, es una falta de respeto legal y a la integridad del individuo. Las formas de construcción de esta ciudad es incluir diversas modalidades de transporte (bici, transporte multimodal, banquetas para peatones) no un puente para que el dueño motorizado pase por su ciudad mientras que su creador, el ser humano baja de un puente y se topa con una seria de automóviles estacionados en su camino. El señor pensó un poco y dijo: -¿Entonces por qué no lo hacen?...
El puente peatonal que está literalmente sobre la calle Virgen con sus empinadas rampas obstruyó uno de los carriles para obtener el acceso-descenso de los peatones. Al rededor se encontraba el policía del banco mirándonos curioso, la banqueta obstruida por un ya común estacionamiento de automóviles en batería y del otro lado Damián dando su última entrevista al Occidental. Después subió al puente y se despidió con la locura atada en el corazón y la sonrisa en el despegue en pedales. Que locura tan motivante, que camino tan provocador…
Léanlo en: www.jamerboi.com.ar
Días después exactamente el 14 de febrero, con la música como estilo de vida y el camino al sur como destino, los Ginger Ninjas presentaron su locura mágico-musical en pedales. 14 sujetos provenientes de diversas fronteras compartieron el objetivo del líder Kipchoge: un mensaje, un destino: Tierras yucatecas que resguardan arquitectura maya.
Descalzos, con sombreros de paja, cascos para la bici, pelucas, ropa de colores, manta y mezclilla; incorporan a su público para bailar. Acompañados de una dulce y sensual voz uruguaya invitan cambiar el mundo desde nuestras manos. Chelo, guitarras, batería y bajo se conectan al amplificador de mil watts recargado por energía generada al pedalear.
La protección al ambiente es la acompañante de honor, motivadora de locuras experimentales en bicicleta. Miles de kilómetros los dividen de su inspiración del viaje, al logro de su locura. 5 músicos que antes de partir a lo Ginger Ninja reconocían su vida como la de cualquier ser humano con sueños y locuras manifestadas a un nivel básico de realización.
¿Qué se necesita para pedalear locuras? Acompañarte de tus talentos, agudizar tus aprendizajes y estar preparado para sorpresivas experiencias.
¿Hasta dónde la locura prolifera sólo en un campo de concentración de sueños? Hasta que las murallas construidas por el miedo nos deje de alimentar con costumbre. Rompamos la frontera de la percepción soltando la locura a un alto vuelo.
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